Visita cervantina con el Colegio Mayor Santa Mónica
- On 30 septiembre, 2016
El pasado 17 de septiembre tuvo lugar en la ciudad turística de Alcalá de Henares una visita guiada por los diferentes lugares simbólicos de la misma junto con el Colegio Mayor Universitario Santa Mónica Agustinas Misioneras a lo largo de toda la mañana. Tras la finalización de la visita, comimos en un convento del siglo XVII ahora acondicionado como restaurante que recibe el nombre de La Cúpula.
El día comenzó con todos los aspirantes a colegial desayunando junto a los decanos Javier Alois Arenas Olivencia, Aurelio Ortillés Gracia y Jaime de Castro de Miguel y el veterano Marcos Tojeiro que nos acompañarían durante todo el día. El Director D. Antonio Rendón-Luna y de Dueñas y el Director Adjunto D. José Manuel Varela Olea se reunieron con nosotros en la entrada del Mayor para reencontrarnos en la estación de trenes de Atocha a la que acudiríamos desde la estación de metro Metropolitano.
Una vez llegados a la estación saludamos de manera efusiva a las colegiales del Mónica, puesto que no era nuestro primer encuentro. Inmediatamente, nos dispusimos a coger el tren de cercanías en dirección a nuestro destino dentro del cual curiosamente fuimos espectadores de una breve representación de un fragmento de la famosa obra de Cervantes (Don Quijote de La Mancha).
En Alcalá nos hicieron dividirnos en cuatro grupos, uno por cada guía. Caminamos hacia la plaza de Cervantes, centro neurálgico de la ciudad, y a mi compañero Antonio Romero fue como si le hubiera caído un ángel del cielo; un amor a primera vista con una de las chicas del Mónica llamada Carlota que hizo que no se despegase de ella ni un solo segundo en todo el día; y por supuesto, consiguiese su número de teléfono. Allí, la guía nos explicó muy superficialmente en que consistiría la visita.
Entramos en el interior del corral de comedias, teatro popular más antiguo de España, transformado en un Coliseo a la italiana, en teatro romántico, en cine, y ya por último, en teatro de nuevo, adoptando la forma que tiene hoy día. Ocupamos nuestros asientos y nos explicaron la correspondencia de zonas que antiguamente había según la clase social a la que pertenecieses, así como los recursos que utilizaban para simular los distintos efectos especiales. Además, siguieron con la continuación del fragmento representado en el tren, esta vez sobre el escenario.
Continuamos con la visita para irnos hasta la Capilla del Oidor, elemento más importante de las ruinas de la Parroquia de Santa María del Mayor, lugar en el que fue bautizado el ilustre Miguel de Cervantes. No sin antes pasárnoslo bien con la risueñas Lola y Carmen, hablando de nuestra estancia en Madrid, pero sobre todo de la fiesta del aspirante que tendría lugar en una semana, y a la que tenían muchas ganas de acudir.
Para más inri avanzamos hasta el primer Campus universitario del Mundo fundado por el Cardenal Cisneros. En él se encontraba el Colegio Mayor Universitario de San Ildefonso, hoy rectorado. Tras visitar el patio principal entramos a la sala de entrega del premio Cervantes con gran reconocimiento nacional e incluso internacional. Nos explicaron el porqué de la importancia de la sala, mientras Antonio y Carlota seguían a lo suyo.
La visita se estaba haciendo un poco pesada, cuando de repente nos cruzamos con otro de los grupos de la visita y mi gran amigo Ignacio Iturbe parecía estar jugando un partido de Champions con otra de las muchas niñas guapas del Mónica. Sin embargo, resultó ser su amiga de verano, y al darse cuenta Dionisio Romero se puso a jugar a tres, incluso a cuatro bandas … no daba abasto.
Entre risas y muchas anécdotas fuimos a la Calle Mayor, hoy día, principal vía de la ciudad, pues es la calle soportalada más larga de España. Esta calle tiene acceso al Museo Casa Natal de Cervantes en la que coincidimos todos los grupos, ya con ganas de ir a comer. No sin antes pasar por la Plaza de las Bernardas, en la cual continuaron con la representación del fragmento teatral de la obra de Cervantes; el Palacio Arzobispal, sede de concilios y cortes además de residencia real y lugar en el que Juana “la loca” dio a luz a Fernando de Habsburgo, y la Catedral Magistral.
En el Museo Casa Natal de Cervantes, Gonzalo Iribarren, Luis Checa y yo, entramos con tres niñas que no habíamos visto en toda la visita, y que al final resultaron ser las más simpáticas de todo su colegio a nuestro parecer. Con ellas observamos las distintas habitaciones y zonas de recreación de la casa, para luego compartir mesa a la hora del almuerzo.
Para finalizar la visita, sobre las dos y media y después de un día muy enriquecedor culturalmente entramos al restaurante. Nos sentamos y observamos la decoración del local; no obstante, a alguno se le fue la mirada hacia las botellas de vino que había sobre la mesa. Una de las niñas, Ana, dijo haber estado con sus padres en el convento y nos advirtió de lo bien que comeríamos. Comenzamos a hablar mientras preparaban los entrantes, cuando nos sorprendieron con un exquisito foie de oca con arándanos acompañado con unas tostas, al que Miguel Marrero y Álvaro Reyes Guillen no quitaban ojo. Acto seguido nos trajeron unos espárragos trigueros a la plancha, que comieron con desgana, pues solo querían unas simples croquetas. A la espera del último entrante, Gonzalo y Luis, ambos solteros, no comían puesto que su único fin era el de conseguir el número de estas dos niñas. Y el último entrante fueron unos sabrosos pimientos del piquillo rellenos, a los que el canario Alejandro Vilar y el asturiano Jaime Onis no pudieron resistirse a repetir. Nos íbamos conociendo unos a otros ya con el hambre saciada y nuestra copita de vino en mano. Para nuestra sorpresa, empezaron a sacar de cocina paelleras de arroz con bogavante, plato estrella del restaurante, que como bien dijo Ana no nos defraudaría. Por último, nos servirían el postre y café. Después de un buen rato de sobremesa D. Antonio y la Directora del Mónica nos preguntaron qué tal había estado la comida, y sobre todo, qué tal lo habíamos pasado, con lo que agradecimos el servicio prestado a los camareros y levantamos la mesa. Fue para muchos lo mejor de toda la visita, aunque por desgracia el día se había acabado y cada uno se fue a su colegio.
Todo esto y mucho más, es únicamente la continuación de nuestra relación con las encantadoras niñas del Mónica.
Pablo Corona Montes
LXVII Promoción
0 Comments