Nada menos que dieciocho colegiales partíamos el pasado 10 de febrero con destino Gijón para participar en un torneo de fútbol playa, aprovechando la oportunidad de conocer esta maravillosa ciudad. Llegamos sobre las once de la noche, luchando contra el viento y frío del norte que nos acompañó durante el «paseo nocturno” rutinario, en el cual analizamos el lugar donde íbamos a permanecer los siguientes días, los bares incluidos con sus bombas y diversas peleas de gallos que pudimos presenciar en directo gracias a Chema y Santi.

La mañana se presentaba complicada por la rivalidad y la experiencia de los equipos; además, era algo nuevo para la mayoría de nosotros. El equipo A, formado por Lozano, Javi, Fer, Maldo, Iturbe, Elías, Viti, Gausí y Reyes empezó fuerte, ganando (6-0) al CM San Juan Evangelista de Valladolid, y manteniendo el triunfo y un empate (5-0) y (3-3) contra la Universidad de Oviedo y la Autónoma de Madrid B respectivamente. Esto le valió al equipo para meterse en semifinales como primero de grupo.

Menos suerte tuvo el equipo B, integrado por Juanto, Cortés, LLatas, Pedro, Leo, Romero, Nieto, Chema, y Santi, el portero más animado de la competición, que por culpa del «golaverage» no pudimos pasar de ronda. El primer partido lo ganamos (2-1) gracias a nuestro killer Llatas, y otras promesas de fútbol como Romero, Pedro (golazo en propia puerta incluido) y el resto de integrantes del equipo, perdiendo el siguiente contra el CM Santa Cruz de Valladolid, y empatando el tercero en el último minuto, dejando escapar la victoria y quedando eliminados por un gol de diferencia con los segundos.

No en vano, la deportividad y el buen ambiente reinaron durante toda la mañana, lo que nos permitió disfrutar de una experiencia única en la gran playa de San Lorenzo de Gijón.

San Pablo campeón de futbol-playa en Gijón

A las doce comenzaba la final contra la Universidad Autónoma de Madrid A, con el ánimo de los interesados que se quedaron contemplando el partido desde el paseo, así como por el resto de equipos, lo que suponía un extra de motivación para el partido más difícil. Con muchas ocasiones a favor y un buen juego de nuestro equipo, el balón no quiso entrar, y el pitido final nos llevó a la prórroga, en la que tampoco tuvimos suerte y se notaba el cansancio y la fatiga, terminando de nuevo sin goles. Llegamos así a la mayor de las loterías, los penaltis, que no se decidieron hasta el sexto lanzamiento, donde tras una nueva gran parada de nuestro portero tuvimos la oportunidad de hacernos con el torneo, y así Viti, nuestro jugador asturiano de la expedición, marcaba el gol definitivo que nos otorgaba el título de campeones, desatando la euforia y alegría de todo el equipo al recibir esa medalla de oro que todos queríamos llevarnos de vuelta a casa.

Es un orgullo ser capitán de este equipo y poder alcanzar la ansiada copa, si bien, además del ámbito deportivo, nunca se nos podrá olvidar esta diferente e increíble experiencia que nos ha brindado el Colegio Mayor al que representamos con nuestros hermanos paulinos.

Dicen que los recuerdos son momentos capturados para siempre, y no hay mejor momento que la satisfacción, la imagen y el reflejo de un grupo unido y solidario que ha sabido convivir tanto dentro como fuera del campo de una manera ejemplar. Queremos felicitar y agradecer personalmente a todos y cada uno de los integrantes de este viaje el esfuerzo y la actitud mostrada en todo momento. Por ello, espero que estos recuerdos se puedan seguir repitiendo en este Mayor, transmitiendo los valores que nos representan allí por donde vamos.

Un fuerte abrazo paulino,

Pablo Lozano Hernández

LXV Promoción